Historias desde Japón y punto de encuentro de todos los que tengan algo que decir.

01 julio 2005

Mangutanes día 2. Kioto.

Continuando con el mangutanes on tour 2005 aquí os presento el segundo día.
Como todo tour que se precie, también tiene su merchandising. Aquí está Jorgín presentando la camiseta oficial antes de salir para la ciudad del protocolo.


Después de una hora de tren y el jet lag haciendo mella en los viajeros, llegamos a la gran estación de Kioto. La estación fue inagurada en 1997 para conmemorar el 1200 aniversario de la ciudad y su edificio es sólo superado por el de la estación de Nagoya. De la ciudad comentar que fué capital del Imperio por más de mil años hasta que a finales del siglo XIX este honor pasará a la ciudad de Tokio. Kioto tiene fama de tratar muy bien a los extranjeros al contrario que al resto de los japoneses. Para alguno de los japoneses con los que he hablado la gente de esta ciudad tiene "subido a la cabeza" el hecho de haber sido capital del Imperio durante tanto tiempo y el hecho de que el cambio de capital sea relativamente reciente, al menos en cuanto a la historia del Japón se refiere, todavía les afecta.



Después de la pelea por decidir el lugar al que ir a continuación, nos decidimos por ir al templo Kinkaku (Kinkakuji) o pabellón de oro. En la misma estación se puede comprar un bono de autobús para todo el día. Con sólo tres autobuses que tomes ya te sale rentable con lo que después de comprarlo nos dirigimos allí. Como si de la ley de Murphy se tratara, de dos caminos para llegar, escogimos el peor. Muuucho tiempo en el autobús y Jorgín que se nos dormía... ¿Quién es Espinete?

Pero bueno, llegar, llegamos, y sí que merece la pena ver esta maravilla.


Del templo decir que el original fue construido en el siglo XIV pero que lo que podemos contemplar hoy en día es una reconstrucción de mediados del siglo XX. Como ya comenté en otra ocasión está realmente recubierto de una fina capa de oro. Además del templo, también es bonito el jardín de su entorno incluída esta pequeña cascada.

Después del tiempo que pasamos hasta llegar al templo y del que pasamos en su recinto era ya la hora de comer, así que comimos por allí cerca. Para el que se quedara con ganas de observar a Aguilera con su dominio de los palillos aquí le pongo comiéndose un extraordinario ramen.


Pero cuanto amor...

Una vez terminada la comida y las carantoñas entre los mangutanes nos dirigimos a otro de los destinos más bonitos de la ciudad de Kioto. El templo Gingaku o pabellón de plata. Este templo no está recubierto de plata como se podría suponer pués el shogun que lo mandó construir se quedó sin fondos. Tiene unos jardines en sus alrededores que es de lo más bonito que he visto desde que llegué a Japón.






Pero que buen rollo hermano. A pesar del jet lag y de las pateadas que nos metimos, el Agui agazapado buscando la foto... No lo consiguió por delante pero tenía una cámara oculta por detrás.

Las flores y los animalillos siempre presentes.


Nunca le había hecho una foto a los baños típicos japoneses pero ya que alguno de los mangutanes sí la hizo aprovecho sus fotos. Pertenecen a los baños de este templo y ¿le sorprende a alguien que se necesiten las instrucciones?

Una vez acabada esta visita nos dirigimos al barrio de Gion. Como casi en todas partes de Kioto aquí encontramos otro templo. Este barrio se caracteriza por ser el antiguo barrio de las geishas y de las casas de té. Los barriles que veis en la segunda foto son de Sake y pertenecen al templo. ¡Como se van a poner los monjes!


Y seguimos la pateada sin ver mas que de lejos a una geisha, cosa bastante difícil por cierto.


Estas dos fotos dicen bastante de lo que fue el viaje. En la primera "el chava" Arinero siempre escapado en pos de la ¿victoria de etapa? detrás de Jorgín y en la segunda "el hombre guía" Nacho imitando las figuras que encontrábamos a nuestro paso. Hay que resaltar al "hombre guía" en nuestro viaje pues sin su intervención no hubieramos visto ni la mitad de las cosas interesantes que vimos y casi lo más importante para mí, no me tuve que molestar en organizar las visitas.

Después de unas horas por Kioto volvimos a la estación a la hora ideal para ver la puesta de Sol. La segunda foto la tengo de fondo de escritorio, no digo más...

Esta es la torre de comunicaciones de Kioto que está justo en frente de la estación.

Y claro, con la estación en movimiento nos dirigimos de nuevo para Tenri.

Mientras hacíamos el trasbordo en Nara, me encontré con un profesor de la universidad que también volvía para Tenri. Este hombre es profesor de inglés pero habla un poco de español y le encanta España, así que cuando le presenté a los mangutanes estaba tan encantado que nos invitó a cenar. Aquí cuando una persona mayor te invita a una celebración es de bastante mala educación no aceptar lo que propone y como además era algo muy interesante pues claro, aceptamos. Tuvimos la mala suerte de que llovía y de que era tarde así que no encontramos un lugar al gusto del profesor. Con esto, el hombre de alguna forma nos pidió disculpas por no poder llevar adelante la propuesta y mientras me daba la mano noté un papel. ¡Diez mil yenes! "Toma, para que invites a tus amigos". Es la primera vez que un japonés me da la propina! Igual que se debe aceptar una invitación, también se debe aceptar este regalo así que después de un tímido "Pero no, por favor", acepté el dinero. ¿Entendeis ahora la foto de Arinete agarrando a la japonesita en el Puu? Allí fue donde terminamos cenando y tomándonos unas copichuelas a la salud de este japonés tan majo y al que tanto le gusta España.

1 Comentarios:

Blogger jorgin nos dice

pero que buen comentarista estas hecho copon!!!
los otros mangutanes no escriben nada, pero es por que a estos no les afecta el jet lag ni pollas, ayer andaban de fiesta por ahi.
venga sigue sigue que ahoar viene el super hostel de nagoya y el comienzo del kaos en tokio.....

viernes, 01 julio, 2005

 

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