Kyoto y botellón en Tenri (escrito por PABLO)

"¿Kyoto?”,”Ummm,no,no,no kintetsu” esa es la respuesta del dependiente de la compañía JR a la pregunta de Giganto para ir a Kyoto. Lo que venía a decir es que no cogiesemos un tren de su compañía sino uno de la competencia porque era más barato y más rápido. Otra cosa que en España, digamos que no es del todo frecuente...

Para no dormirse en el trabajo los japos lo hacen en el tren. Nosotros también pero por otros motivos muy distintos.



Para los amantes de la arquitectura (Tere y Luis entre otros), la estación de tren de Kyoto es una pasada. Empezamos a ver occidentales perdidos mirando los carteles de las líneas de tren. A nosotros no nos pasaba eso porque teníamos a Gigantusman de nuestra parte.



Los taxis son de película de booliwood, con cabeceros de punto en los asientos.



Como ya es costumbre con Luis sacamos muchas fotos del Templo Dorado. Probrecillo tiene que estar de este edificio hasta los priquinglins...



La foto no está pero....en España nunca veremos tres personas limpiando un césped tan pequeño como uno que había en este sitio.

Como a Giganto le gusta siempre postear con animalillos aquí teneis estos maravillosos peces de colores, "Poooo zi".



Antes de que Alejandro probara suerte con una especie de “galletas de la fortuna” pero sin galletas, se sentó en una piedra con forma de silla. Por cierto le tocó “suerte excelente”.



De camino al templo de plata nos encontramos a una madre japonesa con un par de pocholos. Les hicimos una foto porque nos parecian muy majos... Le extrañó que le quisieramos hacer una foto y cuando le dijimos que los críos eran muy majetes nos respondió en inglés!!! Y también sabía un poco de español!!! Kyoto is diferent...
Como teníamos sed fuimos a un super. Melones a 5000 yenes, carallo!!!. ¿Tendrían una capa fina de oro?



Parece un autobús "tuneado" por el Equipo A (por supuesto sólo con un soplete y unas planchas de acero...).



Cuando llegamos por fin al templo de plata, la humedad y el calor eran excesivos. Una parte del Templo estaba en obras pero los parques y las cascadas se podían ver perfectamente.
Nos encontramos por casualidad con la facultad de medicina de Kyoto. Su estilo inglés se mezclaba con los pisos japoneses.



La anécdota del día fue cuando entramos en el Palacio Imperial. Como ya era un poco tarde estaba cerrado, pero se podía pasear por sus jardines. El caso es que Alejandro en un intento por sacar una mejor perspectiva del palacio, intentó tomar una foto. Habíamos visto unos sensores que yo dije que eran para medir el agua en invierno, pero ¡¡¡noooo!!! Sensores de movimiento. Puertas del recinto que parece que se van a cerrar, alarma por todo el recinto. Km y Km de iiiiiuuuuu,iiiiiiuuu... Una voz de una tía que parecía decirnos quietos ahí que vamos a desmembraros con las katanas. Vamos, movida black. Nosotros como pobres españolitos nos hicimos los suecos en Japón y nos piramos como que no había pasado nada. Aquí teneis los sensores.


Más animalillos esta vez a cuatro patas...



Y antes de irnos, pues nos sacamos fotos en la mítica torre de kyoto.



Una vez en casa teníamos una hora para organizar la fiestecilla. Limpiamos todo y dejamos espacio libre para ocho personas: Kana y Mari, Alexey y Ania, Yannick, Giganto, Alejandro y yo. La fiesta no defraudó e incluso hubo crepes franceses de Yannick... muy ricos. Se acabaron enseguida :)



Cuando salimos de casa volvimos al centro de operaciones, el karaoke, pero esta vez no a modo de pub sino en una sala reducida todos metidos. El karaoke era más sofisticado y tenía muchísimas canciones. Más intentos fallidos de encontrar la canción deseada en los peazo libracos que había para elegir. Momento clímax fue cuando pozi llegó a Japón. Sin más...




Una hora más tarde nos desplazamos al último bar, el "H2", donde un japonés demasiado bebido nos dijo: "Odio a los extrajeros". Los encargados le invitaron amablemente, inmovilizándolo por la nuca, a que se fuera y la verdad es que no pasó nada. Se piró en silencio.



Acabamos la noche con la formación poco trabajada tipo “power ranger”. Un fiasco. En la primera podeis ver a Alejandro intentando huir con la bicicleta... Pero no le dio tiempo.



Y para acabar, recogerlo todo.