Historias desde Japón y punto de encuentro de todos los que tengan algo que decir.

06 abril 2005

Un Día largo y productivo.

Hoy por la mañana, más temprano que los otros días, Chisa había quedado de venir a buscarme. Tenía una reunión para estudiantes extranjeros. Como siempre chinos, taiwaneses, coreanos y un español que no se entera de nada. Hoy me explicaban los cursos que puedo hacer y temas de teléfonos móviles, cuenta bancaria, etc.

Con respecto a mis cursos me dió un bajón. Todos los cursos son impartidos en japonés y los profesores no saben inglés... Tiene su lógica. Los alumnos tampoco saben inglés. Buffff. Menos mal que ya he empezado a conocer a la comunidad internacional y , esto para los de Fribourg, ¿quién mueve aquí el tema? Un Costaricense. Siempre hay algún lationamericano que lo sabe todo, conoce a toda la universidad y organiza las fiestas. ¡Incluso en Japón, wey! También un francés y una francesa, un canadiense, un americano y algún alemán y alemanas. Sin comentarios de esto último. Hablando con el francés descubrí la palabra Nomikai y no supe hasta por la tarde que mi primer Nomikai sería esa misma tarde.

Como ya os he dicho, por aquí, incluso con estos otros guiris, para ciertas personas soy bastante exótico. Es llegar al departamento de español y todos han oído hablar de mí. "Si, hay un español que viene de intercambio y tal...". En este departamento conocí al señor Nakajima. Este hombre está jubilado, y como sabe inglés (Estuvo tres años en EEUU para hacer un MBA), en sus ratos libres le da por aprender español. Comimos Chisa, el señor Nakajima y otra chavalina de la que se me ha olvidado el nombre. Ya sabeis, nombres complicados. Después de comer se suponía que debía hacer una prueba de japonés pero enseguida se dieron cuenta del poco sentido que tenía el que lo hiciera. Después de este semi-paripé, fuimos a buscar a Nakajima y allí me presentó a otro paisano. Este era catedrático de la universidad. "Si, por favor, cuando pueda quedemos para Nomikai... Hablaremos en español, etc." Parece que esta palabra es bastante importante en este país. Un buen hombre. La verdad es que aquí, al menos conmigo son super-amables. En definitiva, como tarde la semana que viene estoy invitado por este hombre al Nomikai.

Bueno, pues vuelvo con el señor Nakajima. Insistió en que viera el parque de Nara y que luego fuera a su casa a cenar. Primera invitación a casa de familia japonesa y para allí que fuimos Chisa y yo. Una pasada de tarde. Primero la visita al parque gigante de Nara lleno de templos y de detalles budistas y shintoistas. Precioso y muy interesante. El señor Nakajima además sabe mucho de budismo, otra de sus aficiones, y me iba explicando las historias que ibamos viendo.

Animalillos de estos por todas partes en el parque, ya vereis.

Farolillos. Cada uno sirve para deseos distintos. Enciendes una vela dentro y da felicidad, amor, dinero...

Templo budista. Todo de madera.

Más farolillos del exterior del templo.

Aquí, tiras una moneda a los cajones estos, das dos palmadas y pides un deseo. ¿Se te concederá?

Vista desde el interior del Templo. Por cierto, aquí se casó el señor Nakajima. Vamos, como la catedral de León.

Si leeis en la foto anterior en la esquina inferor derecha pone Fortune in English. Bien. Hay unas cajas de madera que giras y sale un palo marcado con un número y es tu suerte. Versión japonesa y, claro, la que está en inglés es mi fortuna.

Una vez que la lees la enrollas y la atas a una de esas varas metálicas.

Más farolillos pero en el interior del templo.

En esta ocasión escribes lo que quieres en una madera y lo cuelgas aquí.

Más peticiones. Cada caseta tiene una especialización.

Otro sitio para las monedas.

Casa curiosa hecha, como todo aquí, de madera.

Cuando la madera está seca deja pasar corrientes de aire para refrescar. Cuando se humedece se cierran las rendijas. Chulo, ¿no?

Más bichillos.

Templo en lo alto de la colina. Las piedras con letras japonesas son de contribuciones de gente para conservar el templo.

Todo me parecía bonito.

La piedra de dentro permitía leer el sutra (texto sagrado) a los budistas. No me pregunteis cómo era.

Farolillos de otra forma y significado. No sé cual. Tal vez sólo iluminar ;-)

Una fuente. Hay unos vasos para que la gente se purifique lavándose, no se bebe. Con alargadera...

Ahí queman incienso. Cuando me acerqué me echó humo en la cabeza y decía que hacía más inteligente. Fíjate que para mí que no...

Vistas desde lo alto.

Más.

Campana gigante del año 756 d.C. Dónde está montada es del siglo 13. No me acuerdo de cuando exáctamente.

Grande.

Muy grande.

Guerrero de madera que guarda la entrada de todo esto. Nara fue capital de Japón en el siglo octavo y conserva todo esto como tesoro nacional.

Segundo guerrero.

El pie grande...

Árbol desconocido para mí.

¿Bonito?

Si.

Una pasada.

El gran Gi.

Típico transporte. Yo no creo que lo pruebe. No tendría la conciencia tranquila.

El señor Nakajima había llamado a su mujer y nos había preparado la cena, peor antes empezaba el Nomikai. Significa beber reunidos, y viene a ser que sacan bebidas para que los amigos se junten, se emborrachen y se hagan más amigos. Vamos, parecido al típico botellón español pero con rollito japonés y bebidas, evidentemente, japonesas. Empezamos bebiendo Umeshu. Un licorcillo que hace su madre con una especie de melocotones, agridulce, que parece que no pero que con el estómago vacío va pegando...
Luego ya estaba la cena que era Nabe. Lo que hay en la foto. Setas japonesas, berzas, ajo-puerros, carne de cerdo, carne de pollo extrañamente preparada y otra serie de raíces y cosas que no había visto en vida. Estaba riquísimo, en serio. Por supuesto ya como con palillos como si lo hubiera hecho siempre. Para comer cada uno tiene un cuenco en el que echa salsa de soja, unas cebollinas picadas y si quieres picante. Vas cogiendo de la cazuela y lo pasas por el cuenco. Repito, buenísimo. Todo esto regado, no con sake sino con Shouchu. Una especie de orujo rebajado con agua caliente, ya ves. Como sería la cosa que hasta llamó a los vecinos para que me conocieran. Cosa curiosa. Su mujer no se sentó en ningún momento con nosotros. Ni antes, ni durante, ni después. Incluso cuando estabamos los tres con los dos vecinos no se sentó.

Más de cerca. Durante la cena hablamos de tradiciones, religión... Una tarde muy interesante.

Más tarde autobús.

Tren y para casa.

Y con esto y un bizcocho...

Finalmente, mañana me haré con un teléfono móvil. No sé si alguien habrá probado pero aquí los teléfonos europeos no funcionan y yo sin móvil no soy nadie. Será más que nada para mensajes (aquí no hay sms, se reciben los e-mails en el mismo teléfono). Cuando lo tenga os pasaré una foto y os explicaré cómo funciona que seguro que a más de uno le gusta el tema.
De momento esto es todo. Faltaron fotos de la cena pero me daba palo. Ahora me pegará una duchilla y para la cama que aquí son las 10:40 y estoy cansadísimo. Parece que el jet-lag se esá pasando definitivamente. Ah, y además tengo clase de 9 a 12:15 sin descanso en japonés y nos conocemos...

Besos y abrazos y como siempre a cuidarse.